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Es innegable la importancia de la mujer como estandarte de los valores de la sociedad, pero ese rol no la hace inmune a las enfermedades de la humanidad, y si miramos a las adicciones como un síntoma de una sociedad enferma, también podemos observar triste e injustamente, que a la mujer le toca la peor parte en esta problemática, pues cuando la adicción atrapa a uno de sus seres queridos, su corazón de madre, hermana o simplemente amiga, se lastima de manera muy profunda; y cuando es ella la víctima de una adicción, debe soportar el doloroso estigma y el cruel repudio de esa misma sociedad que le ha confiado sus valores y que no consiente que una mujer, sinónimo de bondad, sea transformada por ese horroroso mal de la humanidad.

 

La primera infancia es determinante en la formación de una persona, pues su mente es un lienzo virgen y abierto a todo lo que, como padres o familiares, queramos plasmar, y es precisamente esa etapa, la que debemos aprovechar para imprimir de forma indeleble, los valores y virtudes que serán las bases en la edificación de la personalidad.

 

Esta es la historia de dos jóvenes mujeres que padecieron de la adicción, pero decidieron cambiar el sentido de sus vidas para preservar lo más valioso del ser humano: Su dignidad.

 

TESTIMONIO DE CARMELA.

 

"Soy de padres separados, y tengo recuerdos de mi padre muy pocos. Mi papá biológico es alcohólico, por eso no tengo recuerdos buenos de él, como el de llevarme a un parque  o comer un helado, no lo tengo. Por el contrario tengo recuerdos feos porque maltrataba a mi mamá en medio de sus borracheras, llegaba a gritar, se perdía durante dos o 3 días y nosotros como pequeños  -yo tengo un hermano, soy la mayor, nos llevamos un año- tenemos esos recuerdos de golpes, de gritos, de insultos... entonces no es muy buena mi infancia" asegura Carmela, una de las jóvenes  que padeció de esta problemática.

 

"Empiezo de 13 o catorce años; empiezo en esas fiestas familiares  aprobar la cerveza porque es algo común en este tiempo. Ya cuando tengo una edad de 15 o 16 años inicio a reunirme con personas que de una u otra manera influyeron mucho más en mi consumo porque  nos reuníamos, ya no a hacer tareas, sino a tomar en ese experimento, en esa curiosidad de mirar a ver qué se siente, me quedé ahí en esa experiencia de curiosear" afirma Carmela con rostro melancólico.

''Ahíentro de lleno a una vida alcohólica, ya empieza la curiosidad de ir a rumbear sin tener cédula ni nada, pero tenía el grupo y el entorno que me ayudaba para yo estar en esas rumbas y meterme más adentro en lo que es el alcoholismo" asevera Carmela en su relato.

 

"Sentí que perdí mi familia porque  se pierden muchos valores, sentí que los defraudé porque ellos siempre han dado lo mejor, nunca he sido de pensar y hacer una reflexión en mi vida y decir que la culpa es de mi papá o de otra persona; no, la culpa es mía, no supe manejar la situación y siento que perdí la confianza de mi mamá, el amor de mi papá, siento que perdí a mi hermano que es la persona que yo más amo en este mundo y siento que las pérdidas más grandes son las de mi familia, más que las materiales" señala Carmela, apesadumbrada por la situación que padeció.  "El estar tirada en un andén, para mí eso ya era un fondo. Que todo el mundo se despertara a sus trabajos a sus cosas laborales y yo estar tirada en un andén esperando a que me abrieran la puerta, si era que me la abrían, o si no me tocaba buscar a ver dónde iba a pasar el guayabo. Lo más duro era llegar a la casa y ponerle la cara a mi mamá, porque vivía escondida y encerrada en una habitación; esperaba que se fueran a trabajar para yo salir a comer algo, porque la cara no me daba para ponérsela a ellos, porque lo sabía, porque es que el error no fue de ellos, el error fue  mío '', relata  Carmela.

 

"Lloque más me duele de todo estoy mi fondo  más grande es haberle dado un mal ejemplo a mi hermano. Quisiera dar mi vida y retroceder el tiempo para que esto no estuviera pasando, es la persona  que yo más amo: Mi hermano. Es decirle que yo quiero prevenirle muchas cosas; a la hora que yo lo reprendo, que le hablo duro o con amor, cuando me tomo el tiempo sentarme con él, y decirle que estoy sufriendo porque usted está haciendo lo mismo que yo, porque yo ya paré y quiero darle un ejemplo a usted y decirle que me perdone si en algún momento yo le di un mal ejemplo; pero ya lo he hecho y no sé hasta cuándo. Yo no sé si él me está cobrando todo eso, o es la misma adicción que no lo ha dejado recapacitar. Yo le he pedido perdón porque en un sinnúmero de veces él me gritaba: Usted que me viene a decir algo, si usted fue  mi ejemplo" agrega entre lágrimas.

 

"El problema  no es la sustancia, el problema  no es lo que consumas en sí, no es el alcohol, el bazuco, el perico ... no es nada de esas sustancias; el problema radica en lo que usted lleva adentro, en lo que usted no trabaja, en lo que a usted le duele y no sana y eso fue  Fundación La Luz, ese apoyo incondicional; días en los que yo estaba ansiosa y estaba siempre un terapeuta ahí dándome ánimos para seguir adelante. Suyo necesitaba un sicólogo, él siempre estaba ahí. Encontré esa familia que en algún momento yo había dejado a un lado por mi consumo. Fue ese apoyo incondicional, fue ese trampolín a la recuperación" afirma Carmela más alegre.

 

"Las instalaciones son parte fundamental porque primero no me siento encerrada, segundo es como una micro sociedad, todos somos una familia.  Vivimos en un campo abierto donde te desenvuelves y encuentras absolutamente todo, no necesitas nada de la callepara estar bien" finaliza Carmela en su relato.

 

Dentro del proceso sicoterapéutico que se llevó a cabo dentro de la Fundación  La Luz con Carmela, lo que se buscaba, primero, era fortalecer su autoestima, su reconocimiento y sus problemáticas a través de técnicas conductuales; lo que se busca es que la paciente valorando todas esas dificultades a nivel familiar, pudiera identificar los factores de riesgo, de protección y además de eso, ella pudiera llevar una vida tranquila, que pudiera conocer, de cierta forma, todos esos factores que en su pasado la pudieron llevar a dificultades, a tomar como una herramienta de solución el consumo de alcohol.

 Esto se elabora durante seis meses de tratamiento, desde el área de sicología y con el apoyo sicoterapéutico. Esta elaboración busca que la paciente pueda reconocer, y pueda conocerse más a sí misma, y pueda identificar cuándo siente ansiedad, de qué forma se manifiesta la ansiedad, cuáles son los cambios emocionales que se presentan cuando hay ansiedad; cuáles son esas ideas que la atacan, de qué forma se manifiestan esas ideas, cómo se presentan las ideas y qué comportamientos tiene cuando empieza a manifestar cierto tipo de ansiedad.

Entonces de esa forma, conociéndose más a sí misma ella podía generar más factores de protección para evitar una reincidencia, volver a retomar o volver a caer en el consumo de alcohol.

 

TESTIMONIO DE ADELA.

"Mi familia  está conformada por mi mamá, mi papá y dos hermanos mayores a los que adoro. Mi infancia fue  muy tranquila, compartiendo con mis hermanos, mis primos y toda mi familia  en un hogar bien formado;  mi papá y mi mamá trabajando, nosotros yendo a la escuela, jugando  como todos; las peleas normales de uno con los hermanitos, pero todo lo recuerdo muy bonito" afirma Adela, otra de las jóvenes que sufrió la enfermedad de las drogas.

"Enmi casa teníamos las peleas normales con la mamá, pero en general con mi mamá me la llevo muy bien, pero el modelo de autoridad en mi casa es mi papá, él siempre era muy estricto a pesar que yo era la consentida de él por ser la única hija, era muy celoso en ese sentido, pero mi mami siempre estaba ahí 'que dejémosla, que estoy que lo otro, que cómo le vamos a prohibir que salga con los amigos, cómo le vamos a prohibir que tenga novio" dice Adela sonriente.

"Tenía dos "amigas" con las que mantenía ahí, y fumaba marihuana, porque las otras eran niñas como muy 'sanitas ‘por así decirlo. Entonces todos los días después de clases nos íbamos a fumar marihuana, para después irnos al bar a tomar" afirma, con la tranquilidad que le da estar terminando su tratamiento y saliendo del problema en el que se vio mersa.

"Empecé a consumir cocaína inyectada y se convirtió en mi droga favorita. Entonces empiezo a consumirla todos los días todos los días tenía que estarme 'chutando' (inyectando), entonces ya no se vuelve solamente placentero la sensación de sentir la coca, sino -yo no me sabía 'chutar', sino que me 'chutaban   entonces ahí cree dos dependencias, a la cocaína y a la persona  que estaba ahí 'chutándome"' señala Adela.

"La primera  vez, un  'chute' me alcanzó.. Ya después la sensación me duraba 5 segundos y ya. Pasabas  'bueno' 5 segundos con esa sensación de éxtasis, de todo ya. Después la zozobra, la culpa, un montón de sensaciones malas, entonces otra vez y era cada momentico 'chútese' y 'chútese', entonces ya te entra el desespero cuando ves que queda un poquito, de 5 bolsas que compraste ya solo hay una con poca cantidad, 'juepucha (sic) esto se va acabar' entonces echémonos este último y luego te entra el desespero y tengo que ir otra vez a comprar", se reclama.

"Llega uno a un estado desesperante porque te ves muy mal; uno acostumbrado a verse las venas y ya no te las ves, porque me imagino que es un mecanismo de defensa del cuerpo de pensar  'meestás apo"eando', entonces él mismo te esconde las venas, ellas se te queman y ya no te las ves. Entonces tienes que buscar lo que sea para  ama “arte y sacarte una venita y la que de primeras esté 'pagando' ahí••• de una. En el hogar de la Fundación estás alejado de la realidad, del mundo, estás en una burbujita con un tiempo que tienes que dedicártelo a ti mismo. No te tienes que preocupar por lo que puede estar pasando en otro lado, porqué estás alejado de la comunicación con el medio externo. Entonces eso de una u otra forma  hace que tú puedas  concentrarte en ti mismo, y saber dónde empezó esto, y dónde radica el problema, porque todo tiene una base mucho más esta enfermedad que son las adicciones" señala.

Con el transcurso del paso del tiempo, en esta institución y mientras más ha sido evaluada en sus etapas, su nivel introspectivo también se ha incrementado. En estos momentos, Adela es una de las pacientes que más reconoce los factores que están asociados a su consumo, es una residente que en estos momentos está en la capacidad de identificar grupos de pares positivos y grupos de pares negativos.

 

Es una persona que está en la plena capacidad de identificar los factores de riesgo y convertirlos en factores protectores. Es una persona que a su corta edad acepta, en estos momentos, que las sustancias sicoactivas no le van a hacer ningún bien para su vida, que acepta que necesita cambiar sus estilos de vida para siempre y acepta que no puede manejar las drogas de una manera madura.

No todo conflicto familiar denota que alguno de sus miembros consume sustancias psicoactivas, pero lo que sí debemos tener en cuenta, es que las personas que consumen esas sustancias, por lo general sufren cambios bruscos en su comportamiento. Como consecuencia del consumo de sustancias psicoactivas, por lo general, el proceso de drogadicción conduce a la paralización de la madurez mental del individuo. Toda su energía se canaliza a la obtención de la sustancia de la que es dependiente. Cualquier otro interés pasa a un plano secundario.

En medio de las transformaciones a que el género femenino se ha visto comprometido a tener a través del tiempo, en el pasado, el presente, la palabra mujer siempre será sinónimo de amor, comprensión, lucha, tenacidad y evolución.

Acá pueden generar un rol como mujer con mayor responsabilidad. Es acá donde ellas aprenden a valorarse a sí mismas, es acá donde ellas aprenden a valorar a su familia, en donde ellas en realidad se dan cuenta de lo importante que son y de la responsabilidad tan grande que tienen frente a una sociedad, pero que sobre todo son seres humanos que son capaces de equivocarse, pero que son seres humanos que también están en toda la capacidad y en todo su derecho de recuperarse y de salir adelante.

Mientras en el mundo existan núcleos familiares fortalecidos en el afecto y en la unión, más fácil será ganarle la guerra a la problemática mundial de las drogas Cuando creemos en la posibilidad de cambiar para mejorar, nuestra fortaleza se hace grande y lo imposible se vuelve alcanzable.

 

LA MUJER Y LAS ADICCIONES

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